Nuevo Embajador de Alemania en Chile, Excmo. Christian Hellbach. A 29 años desde la unificación de los dos Estados alemanes después de más de cuarenta años de división.
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Discurso del Embajador Christian Hellbach, con motivo del Dia de la Unidad Alemana

 

 

Estimadas y estimados colegas Embajadores

Señoras y señores

Liebe Landsleute

 

Gracias por acompañarnos hoy para celebrar el vigésimo noveno aniversario de la reunificación de Alemania.

 

Para mí y para mi familia es un gran placer recibirlos hoy. Acabamos de llegar a este maravilloso país desde Berlín y esta es la primera recepción que ofrecemos en nuestra nueva casa. Sean todos bienvenidos.

 

 

Ayer se cumplieron 29 años desde la unificación de los dos Estados alemanes después de más de cuarenta años de división.

 

Y en unas pocas semanas, el 9 de Noviembre, se cumplirán 30 años de la caída del muro de Berlín, aquel acontecimiento que hizo posible la unificación de mi país y que genera tanto interés aquí en Chile.

 

Porque la caída del muro coincidió con el regreso de Chile a la democracia. Este país también sufrió la polarización que generó la guerra fría y esa experiencia histórica es algo que nos une.

 

Pero no voy a disertar hoy sobre los detalles de aquellos acontecimientos ya lejanos.

 

Permítanme solamente compartir dos observaciones sobre lo que la caída del muro y la reunificación de Alemania significan hoy para nosotros.

 

Mi primera observación: La caída del muro y la unificación de Alemania fueron producto de largos años de lucha en la ex RDA, pero también en otros países del bloque socialista y sobre todo en Checoslovaquia, Hungría y Polonia.

 

El muro de Berlín cayó también en Praga, en Budapest y en Varsovia.

 

Y al caer, abrió el camino para un nuevo capítulo de la integración europea, ese maravilloso proyecto, garantía de paz y prosperidad en nuestro continente.

 

Mi segunda observación se refiere al agudo contraste entre el mundo que entonces soñamos y la realidad que enfrentamos hoy.

 

Cuando desaparecieron el muro y la cortina de hierro, creímos haber alcanzado una especie de estado idílico – lo que el politólogo Francis Fukuyama denominó el fin de la historia – en el que imperarían para siempre la democracia y la justicia y ya no habrían más conflictos de carácter ideológico o a raíz de diferentes formas de gobierno.

 

Nos equivocamos, la realidad es otra.

 

Desde que se acabó la guerra fría hemos visto innumerables conflictos  –  y vemos hoy el resurgimiento de nacionalismos excluyentes, una nueva versión del “great game” geopolítico y el cuestionamiento del derecho internacional y de las instituciones que lo defienden.

 

 

Y todo ello justo cuando el mundo enfrenta nuevos desafíos de dimensiones globales como el cambio climático.

 

Creo que ante este panorama se imponen dos conclusiones:

 

La primera: Aquellos valores e ideales que motivaron a las mujeres y a los hombres que hicieron caer el muro de Berlín – libertad, democracia y justicia – no están garantizados, hay que defenderlos.

 

La segunda conclusión: Si estamos convencidos de que ningún país es capaz de enfrentar solo los grandes desafíos de nuestro tiempo, entonces debemos defender el multilateralismo y la cooperación internacional basada en reglas.

 

Porque, como señaló el Presidente Piñera durante la Asamblea General de la ONU, “No hay incompatibilidad entre pensar un mundo global y ser patriota”.

 

Celebro, por tanto, que Chile se haya sumado a la Alianza por el Multilateralismo iniciada por mi Ministro y su par francés. Y le agradezco a usted, Señor Canciller, por haber asumido un papel destacado como co-anfitrión de la reunión de la alianza que se celebró hace pocos días en Nueva York.

 

Señoras y Señores,

 

No puedo dejar de mencionar en este día algo que me llamó mucho la atención cuando llegué a Chile. Me refiero a la fuertísima presencia alemana en este maravilloso país que se debe, sobre todo, a más de 150 años de inmigración. El miércoles asistí a la celebración de nuestra fiesta nacional en el Club Alemán de Valparaíso, la más antigua institución de este tipo en las Américas, fundada nada menos que en 1838.

 

Los chilenos de ascendencia alemana son un eslabón valiosísimo que une a nuestros pueblos.

 

Lo mismo se puede decir de las numerosas empresas e instituciones alemanas o de origen alemán presentes en Chile.

 

Hoy les rindo homenaje también a todos ustedes. ¡Mis respetos por lo que han logrado construir en este bello país!

 

Liebe Landsleute,

 

Es sind so viele deutsche Schulen, Kirchen, Vereine, Feuerwehrkompanien, Forschungseinrichtungen und Unternehmen, dass ich sie gar nicht alle erwähnen kann, ohne einzelne auszulassen.

 

Ich versichere ihnen aber, sie alle verdienen Anerkennung. Und sie können auf die Unterstützung der deutschen Botschaft rechnen.

 

Heute, meine Damen und Herren, ist unser Tag!

 

Lassen Sie uns feiern, mit Stolz auf das, was wir erreicht haben, aber auch nachdenklich und wachsam.

 

Nachdenklich, weil wir uns an Mauerfall und Wiedervereinigung erinnern, und an die Verabschiedung unseres Grundgesetzes vor 70 Jahren, aber eben auch an den Überfall auf Polen vor 80 Jahren.

 

Wachsam, weil Demokratie, Rechtsstaatlichkeit und Menschenrechte, die Werte, für die die Menschen in der ehemaligen DDR so viel riskiert haben, nicht selbstverständlich sind.

 

Wir müssen stets aufs Neue daran arbeiten, dass sie weiter Bestand haben.

 

Aber vergessen Sie darüber nicht: Wir haben Grund stolz zu sein, gerade auch auf die große Solidaritätsleistung, die wir nach der Wiedervereinigung erbracht haben. Natürlich ist nicht alles perfekt in den neuen Ländern – in den alten übrigens auch nicht, aber das Glas ist deutlich mehr als halb voll!

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Galería Fotográfica:

 

Fotografías: Marcelo Daza, m.dazafotografo@gmail.com

 

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