Señor Director:

Me refiero a los muy relevantes contenidos publicados como Opinión del Excmo. Embajador de la Nación Argentina, Rafael Antonio Bielsa, este 10 de julio de 2021, bajo título referido.

Primero, destacar su acción diplomática, al dar un agradecimiento a la Política Exterior del país sede de su misión, a través de un medio de comunicación, lo que, per se, lo distingue. No se trata de una práctica común, en las relaciones vecinales de países limítrofes-fronterizos, y, por supuesto, como algo diferente de las conocidas Notas Oficiales intergubernamentales.

La cuestión de la indubitable soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, es, y debiera ser, algo estratégico, cardinal y de principios, en particular desde la óptica de las políticas exteriores de los países latinoamericanos y caribeños, y de autoridades de sus Ministerios de Relaciones Exteriores.

Las incesantes tareas del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas debieran ser conocidas y difundidas, a nivel de la comunidad internacional, y, en particular, a través de la CELAC, el Movimiento de Países No Alineados y el Grupo de los 77 + China, en todos los foros multilaterales pertinentes, y en las opiniones públicas de nuestros pueblos.

Creo que, por eso, debe destacarse como el gobierno del Presidente Alberto Fernández, y su Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, retomaron una cuestión estratégica, histórica, patriótica, soberana y vital para la hermana República Argentina. El fortalecimiento de la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico sur, a cargo del destacado político Daniel Fernando Filmus, ha sido muy coherente con esa renovada voluntad política.

Lo anterior, se contrasta con la muy desacertada inconducta política de la gestión macrista, en la especie, durante todo su gobierno, entregándose a intereses extranjeros y privilegiando una mirada meramente comercial-económica, ante una cuestión de soberanía nacional prioritaria.

En efecto, no puede dejar de mencionarse, y recordarse, que, quedará el triste legado histórico de esa administración conservadora, derechista y entreguista, a través del llamado “acuerdo Foradori-Duncan”, firmado el 13 de septiembre de 2016, con el Reino Unido, en ocultamiento inicial, e incumpliendo e irrespetando el Artículo 75, inciso 22, de la Constitución Argentina, al darse a conocer “acuerdo”, posterior a su firma, solo a través de un Comunicado Conjunto.

Y los planes de militarización del Reino Unido, para todas las áreas de Malvinas y espacios marítimos circundantes, y las actividades comerciales ligadas a exploración de hidrocarburos en la plataforma continental argentina, en el marco del proyecto “Sea Lion”, en la Cuenca de Malvinas, por parte de empresas del Reino Unido y de Israel, representan oprobiosas acciones contrarias a Resoluciones de Naciones Unidas, y son de una completa ilegalidad energética.

El rechazo a toda forma o manifestación de colonialismo, aún vigente, en pleno inicio de la tercera década del siglo XXI, debe ser categórico, sin ambigüedades, ni eufemismos ni pausas.

Jorge Vera Castillo
Analista Internacional