“La galería de los ilustres Tres siglos de presencia francesa en Chile “

Marc TURREL Editor-Historiador-Consultor

Por Marc Turrel

Francia ha proyectado su influencia y su destino en tierras lejanas, especialmente en Chile, gracias a mujeres y hombres apasionados y extraordinarios, que escribieron una historia de Francia en el fin del mundo. Cualquiera sea su época, sus formaciones o sus convicciones filosóficas, estos hombres demostraron un coraje y una osadía asombrosa. La mayoría de ellos eran sabios y benefactores, profesores, hombres de ciencia y de progreso. Es el “redescubrimiento” del trabajo de estos pioneros, viajeros y exploradores, sin distinción de orígenes, que ofrece la exposición de La Galería de los Ilustres sobre tres siglos de presencia francesa en Chile, creada y organizada por Marc Turrel y Patrick Puigmal en el contexto del Bicentenario de la muerte de Napoleón, en 2021. Acercar los franceses y los chilenos a su historia común Francia desempeñó un rol eminente en la invención de las Américas como objeto de estudio y reflexión. La misma palabra América fue inventada en Francia, hace quinientos años, en Saint-Dié des Vosges. A partir de ese momento, América fue para la mente francesa tanto una idea como un territorio.

Y fue todavía en Francia, esta vez en París, a principios del Segundo Imperio, donde se imaginó la noción de “América Latina”. Se trata entonces de perpetuar la memoria de estos franceses que se distinguieron en las relaciones científicas, culturales, diplomáticas y militares con Chile por sus acciones y sus talentos. Eran físicos, botánicos, naturalistas, geólogos, cartógrafos, arqueólogos o glaciólogos, médicos y fotógrafos, ingenieros y empresarios, pero también aventureros o soldados de la Revolución Francesa y del Primer imperio de Napoleón. Combinaron coraje, tenacidad y gusto por lo extremo. Esta exposición La Galería de los Ilustres tiene como objetivo no solo afirmar la importancia de sus obras, sino también acercar a los franceses y los 500.000 chilenos de origen francés a su historia común. Hoy, es importante celebrar el rol eminente que Francia ha tenido en Chile desde el siglo XVIII, dando a conocer la historia de estos precursores, en la mayoría desconocidos o olvidados. Si la memoria de estas pioneros merece ser rescatada, ¿qué sabemos acerca de su tumultuosa historia en Chile, como el sacrificio por la libertad de los franceses Antoine Berney y Antoine Gramusset, dos de los Tres Antonios, precursores de la Independencia, quienes en 1780 sueñan la creación de una república en Chile. El legado de los oficiales de Napoleón que participaron en la Guerra de Independencia de Chile, después de la batalla de Waterloo en 1815 -especialmente Georges Beauchef, Benjamin Viel o Carlos Lozier, primer rector laico del Instituto Nacional- revela nuevas tendencias políticas, militares, filosóficas y científicas en Chile.

Embajador de Francia en Chile Excmo. Pascal Teixeira Da Silva inaugura la muestra en la Universidad de Chile.

Cerca de dos mil militares napoleónicos participan en las luchas de la Independencia de América Latina. Son también actores de la modernización política de los países nuevos. En Chile, son casi doscientos: militares, pero igualmente periodistas, científicos, impresores o profesores, iniciando así una tradición que se confirmó hasta nuestros días. Estos ilustres tuvieron descendientes que abrieron el camino de la cooperación y de la influencia francesa en numerosas disciplinas, en su mayoría sabios y benefactores, pero también fervientes republicanos.

La odisea del barco, L’Oriental, y la llegada de los primeros daguerrotipos y fotógrafos franceses que desembarcaron en el puerto de Valparaíso en 1840, transformaron la imaginación y abrieron nuevos horizontes. Al mismo tiempo, Europa reflexiona sobre la transversalidad de su humanismo, heredero del Siglo de las Luces. Francia es el país que más ha contribuido a la educación en Chile, enviando cerca de 290 profesores en el siglo XIX, como Claude Gay, Laurent Sazié o Louis-Antoine Vendel-Heyl. Laurent Sazié, médico del sur de Francia, primer decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile en 1843, integra en la práctica de su medicina, una labor de beneficencia en la formación de nuevos médicos, ayudando a los más necesitados, acechados por las epidemias recurrentes de cólera y tifus. En el siglo XX, estos ilustres, científicos, aventureros, esquiadores y andinistas, siguen explorando el país andino durante largos períodos, como el físico Louis Lliboutry, pionero de la glaciología en Chile.

Coberta L’Orientale y los daguerrotipos perdidos de Valparaíso | Museo de Historia Natural de Valparaíso (mhnv.gob.cl)

Otros se unieron a la resistencia francesa como Jean Muzard durante la Segunda guerra mundial. Diplomáticos y hombres de fe mostraron su solidaridad, ardientes defensores de los derechos humanos en Chile, como Pierre y Françoise de Menthon o Pierre Dubois. Mujeres excepcionales, cuyo temple alzó a Margot Duhalde y Adrienne Bolland en la aventura de la aviación, se distinguieron como heroínas de esta aventura franco-chilena. Esta epopeya francesa parece lo suficientemente original e incluso excepcional, tanto por su duración, su alcance y por su dimensión humana, política y científica. Pero qué mejor símbolo de esta relación entre Chile y Francia, que referirnos a la Flor Nacional de Chile, el Copihue, esta hermosa flor del Sur que lleva desde 1802 el nombre latín y cientifico de « Lapagerie Rosea », en honor a la belleza de la esposa de Napoleón, Josefina Lapagerie de Beauharnais. La flor nacional de Chile ostenta desde entonces, junto a su sencillo nombre de origen mapuche, “un nombre científico que la vincula así con rangos imperiales y linaje europeo.”

Marc TURREL Editor-Historiador-Consultor

Patrick Puigmal,

La Ruta de los Napoleónicos Otro gran proyecto que iniciaron Marc Turrel y Patrick Puigmal, con la Mision de Defensa de la Embajada y el Ministerio de Defensa de Francia, es la Ruta de los Napoleónicos, una ruta patrimonial histórica, épica, bautizada en honor de la obra de los Napoleónicos en Chile, que se extiende sobre un territorio de más de 1000 km, desde La Serena hasta la isla de Chiloé.

La Ruta de los Napoleónicos pretende no solamente promover los sitios más emblemáticos de la presencia napoleónica en Chile, sino también restaurar, crear y conservar los monumentos y sitios históricos que atestiguaron la valerosa actuación de aquellos oficiales en los combates de la Independencia, acercando a los franceses y chilenos a su historia común.

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