Nuevo Embajador de México en Chile. Excmo. Sr. Otto Granados Roldán
Categoría: Embajadas

Durante el 203º aniversario de la Independencia de México

Septiembre 12, 2013

Palabras del Sr. Otto Granados, Hotel Marriot Santiago de Chile

Con especial alegría quiero dar a todas y todos ustedes la más afectuosa de las bienvenidas a esta recepción con la que conmemoramos el 203 aniversario de la Independencia de México.

Destaco la presencia de las diversas autoridades del Gobierno de Chile, en particular de nuestros amigos de la Cancillería con quienes cotidianamente compartimos esfuerzos y tareas; de mis apreciados colegas del cuerpo diplomático acreditado ante este gran país; de numerosas personalidades del mundo político, empresarial, social, académico y cultural, tanto de Chile como de México, que nos acompañan este día  tan especial; de nuestros amables aliados que una vez más han apoyado decididamente este evento: CLARO Chile; Ideal-Grupo Bimbo, Aeroméxico, la revista CARAS de Chile miembro de Editorial Televisa, a Distribución y Excelencia S.A. “Desa” (cervezas Corona, Negra Modelo y Modelo Especial), a Viña Concha y Toro y a la Cámara de Integración Chileno Mexicana CICMEX.

Y quiero dar un saludo particularmente cálido a toda la comunidad mexicana que nos honra con su presencia. 

Esta es la fiesta de México, esta es la fiesta de todos ustedes.

La historia suele ser evocación y memoria, pero también reflexión e inspiración. En ella vive un pasado que no podemos cambiar pero también un futuro que se construye a partir de ella. Supone por definición afrontar problemas que ya nos alcanzaron, desafíos de reciente aparición y dilemas cuyo perfil aún no conocemos. Vivimos, ciertamente, una época de cambio pero también un cambio de época en la que, como diría el clásico, uno no sabe, al caminar, si va pisando cenizas o semillas.

Ese abanico de retos es el que hace tan vibrante esta era para México, para Chile, para nuestras estupendas relaciones y, de hecho, para el conjunto de la región de la que somos parte esencial. De allí que esta no sea tan solo la celebración de una efeméride decisiva en nuestra historia sino también horizonte y guía del mañana que viene.

Hay muchas y buenas razones para compartir con ustedes esta mañana. 

La primera es porque Chile es un país al que México quiere y respeta entrañablemente. Somos socios, amigos y aliados. Nos unen  enfoques e intereses comunes y compartidos. Chile ha sido una nación con la que hemos mantenido estrechos vínculos diplomáticos, políticos, económicos, comerciales, culturales y de cooperación, los cuáles han enriquecido nuestra propia visión acerca de lo que los países emergentes, y no pocos de los avanzados, deben hacer si quieren crecer, ser innovadores y competitivos, insertarse globalmente, construir instituciones eficaces y situarse en la antesala del mundo desarrollado.

Muestra de esa cercanía han sido las dos visitas que el Presidente de México ha hecho a Chile en menos de un año. Nuestro Tratado de Libre Comercio cumplirá 15 años en 2014 y en ese lapso el comercio bilateral ha aumentado en 270 por ciento a través de más de 2 mil 200 empresas mexicanas y chilenas que exportan e importan entre ambos países; los flujos de inversión directa acumulada suman ya alrededor de 4 mil 300 mdd en ambas direcciones; el Fondo Conjunto de Cooperación constituido por los dos países no solo está apoyando numerosos proyectos sino que ha iniciado esfuerzos de  cooperación hacia terceros países como fue el caso de Haití y la actividad cultural se ha intensificado como nunca antes como lo testimonia el que Chile haya sido el país invitado de honor en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el año pasado. Y en lo multilateral vale decir que de la región es con Chile, junto con Costa Rica, con quién más coincidimos en las votaciones internacionales.

La segunda razón feliz de esta conmemoración es porque he tenido la fortuna de llegar, hace apenas tres semanas, como representante de un México abierto y vibrante, optimista y en pleno movimiento.  El Presidente Peña Nieto, las principales fuerzas políticas del país y una activa sociedad civil han emprendido en estos meses el proceso de reformas más  audaz y ambicioso, desde los años ochenta del siglo pasado, para acometer numerosos y complejos desafíos en diversos aspectos centrales para el desarrollo de México;  para transformar la economía; para mejorar la calidad de la educación, elevar la productividad y sobre todo el bienestar de los mexicanos, y para sentar las bases de un México que llegue a ser, a mediano plazo, una potencia económica emergente.

El México del siglo XXI tiene claro cuáles son sus prioridades estratégicas en un mundo distinto al de hace apenas tres o cuatro décadas, y está comprometido a moverse en él con mayor confianza y madurez, asumir responsablemente su papel en el escenario hemisférico, y comprender que una parte muy importante de su desarrollo interno está y estará ligado, ineludiblemente, a la evolución de un sistema internacional cambiante.

Y finalmente estamos en un momento excepcionalmente positivo para que a partir de nuestras relaciones alcancemos, con imaginación y creatividad, los nuevos objetivos que el siglo XXI nos plantea.

Chile representa para México, como dije, no solo una relación privilegiada sino estratégica y de la más alta prioridad en todos los campos. Compartimos una perspectiva que, en gran medida, explica el rumbo de nuestra evolución económica y política en medio de un siglo XXI marcado por grandes cambios y reacomodos inciertos en la economía, la geopolítica y la arquitectura internacional, ante los cuales Chile y México han encontrado caminos tanto de intensa convergencia bilateral como en iniciativas regionales de enorme relevancia económica como la Alianza del Pacífico, cuyos progresos han alcanzado una consistencia y velocidad excepcionales y prometen nuevas definiciones estratégicas.

En suma, amigas y amigos, nuestros países, nuestra región, se mueven y se mueven para bien por fortuna.

México tiene, en síntesis, muchos desafíos por delante, pero quizá el más importante es fincar, como una hazaña colectiva, el camino y el horizonte que lo lleve a un destino compartido que no es otro sino el de un país mejor, más fuerte y más justo.  Esta conmemoración nos recuerda, como diría Valle Inclán, que el presente aún no es historia y tiene caminos más realistas.

E invito a todos ustedes a brindar por ello. 

Muchas gracias.

Saludos de Cristián Szott, Director de Revista Nueva Diplomacia al Excmo Sr. Otto Granados Roldán  y su Sra. Nicole Sio-Granados

Revista Nueva Diplomacia con la Sra. Mary Rose Mac Gill

Invitados en una agradable recepción en los 203 Aniversario de México Independiente.

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Palabras Embajador Otto Granados Roldán, Sept 12_2013

Fotografías cortesía de Iván Rodríguez Reveco;

ivan.rodriguez@nuevadiplomacia.cl

Galería fotográfica pronto en:  www.emexico.cl

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